La Cuestión de la autoridad | Charles Ryrie | Teología Básica.

CURSO: TEOLOGÍA BÍBLICA

Sección 1: Introducción a la teología.

La autoridad constituye el principio fundamental en el estudio de la teología. Según cabe presumir todos los que operan dentro del concepto general de la teología “cristiana” reconocerían la autoridad de Dios como la norma suprema para la verdad.

Capítulo 3: La Cuestión de la autoridad.

I. LA AUTORIDAD EN EL LIBERALISMO.

El subjetivismo constituye la marca distintiva del liberalismo, aunque su enfoque puede variar con las diferentes personas. La Palabra de Dios incluye “cualquier hecho de Dios por el cual ocurre la comunicación entre Dios y el hombre” (L. Harold de Wolf, The Case for Theology in Liberal Perspective [Philadelphia: Westminster, 1959], p. 17). Esta comunicación llega por medio de la razón, los sentimientos, o la conciencia humanos.

A. La razón

La razón siempre ha ocupado un puesto dominante en el pensamiento liberal. Por supuesto que es dentro de la esfera de la razón donde se forman los conceptos que son la base de la comunicación de una persona a otra. La razón es una vía necesaria para dar y recibir la verdad, y el evangélico reconoce esto. Pero el liberalismo, ciertamente, ha hecho de la razón humana un juez, y a menudo el creador de la verdad. La razón se hace autónoma, no gobernada por alguna autoridad más alta o de afuera, pero también severamente limitada por su finitud y falibilidad.

B. Los sentimientos

Como una reacción contra el racionalismo, Schleiermacher (1768–1834) desarrolló su teología del sentimiento. Él enfatizó el análisis de la experiencia religiosa y basó la religión sobre el sentimiento o la percepción. En efecto la teología se convirtió en antropología o psicología. A causa de esto, Karl Barth consideró a Schleiermacher como el epítome del liberalismo religioso.

C. La conciencia

Esta forma de liberalismo le da énfasis a la conciencia como la base de la autoridad. Nuestro conocimiento es limitado y poco confiable, así que los instintos morales básicos del alma humana se convierten en la base de la autoridad. Immanuel Kant (1724–1804) fue el líder de esta forma de pensar. De nuevo, la teología se había convertido en antropología.

En todas las formas del liberalismo, la naturaleza humana en un aspecto u otro es la fuente de la verdad religiosa. La Biblia, por lo tanto, se considera como producto de la razón humana, que abarca los pensamientos del hombre acerca de Dios, de sí mismo, y de este mundo. Ella relata el desarrollo histórico de las experiencias religiosas y creencias del hombre, y no es, como creen los conservadores, el mensaje conservado por escrito de un Dios trascendente que invadió el curso de la historia.

II. LA AUTORIDAD EN LA NEO ORTODOXIA.

La neoortodoxia algunas veces se ha clasificado con el liberalismo y otras veces con el conservadurismo. La razón para esta confusión es que, por un lado, rompió con el liberalismo por insistir en que Dios y no el hombre tiene que iniciar la revelación (y de esa manera parecía ser conservadora); mientras que, por otro lado, continuaba la enseñanza de puntos de vista liberales tocante a la Biblia (y así parecía ser liberal).

La base de la autoridad en la neoortodoxia, por lo menos en la forma expresada por Karl Barth (1886–1968), es la Palabra. Pero, la Palabra, es primordialmente Cristo. La Biblia da testimonio de la Palabra, y lo hace en forma falible, y la proclamación cristiana es una palabra acerca de la Palabra.

El Dios soberano tomó la iniciativa en revelarse a Sí mismo, centrándose primordialmente en la revelación en Cristo. Los años de la vida de Cristo exhibieron el epítome de la revelación, y Su muerte fue el clímax de la revelación. La Biblia testifica acerca de la revelación de Dios, aunque esté interpretada por todos los cánones del liberalismo. La Biblia por lo tanto, no tiene autoridad absoluta, sino solamente autoridad instrumental, puesto que sirve como el instrumento falible por el cual nos encontramos con Cristo, la Palabra. Y es ese encuentro de fe en el punto de “crisis” en el cual Dios se comunica a Sí mismo. Esto constituye la verdad absoluta.

Aunque la neoortodoxia busca la objetividad en la iniciativa soberana de Dios, practica el subjetivismo en las experiencias de los encuentros de la fe. Aunque la Biblia esté involucrada en esas experiencias, no se le permite ser el juez final de ellas. La neoortodoxia carece de una norma objetiva externa de autoridad.

III. LA AUTORIDAD EN EL CONSERVADURISMO.

En el conservadurismo la base de la autoridad es externa —está fuera del hombre— y es objetiva.

A. El catolicismo conservador

En el catolicismo romano la autoridad descansa definitivamente en la iglesia misma. Es cierto que la Biblia se cree, pero tiene que ser interpretada por la iglesia. Además, las tradiciones de la iglesia son una fuente de revelación divina a la par de la Biblia. Los concilios ecuménicos y los papas han hecho proclamaciones de tiempo en tiempo que son consideradas infalibles y, por lo tanto, obligatorias para los miembros de la iglesia.
La iglesia oriental es similar en cuanto a basar su autoridad en la tradición, la iglesia misma, y la Biblia. Aunque los evangélicos rechazan la tradición como autoritativa, se debe reconocer que la autoridad del catolicismo no se encuentra en el hombre, como enseña el liberalismo.

B. El protestantismo conservador

La palabra “conservador” elimina las bases humanistas y subjetivas de autoridad del liberalismo, y la palabra “protestantismo” quita a la iglesia como base de la autoridad. Por lo tanto, uno estaría de acuerdo en que “la ortodoxia es esa rama de la cristiandad que limita la base de la autoridad religiosa a la Biblia” (Edward John Carnell, The Case for Orthodox Theology [Philadelphia: Westminster, 1969], p. 13). Las Escrituras contienen la revelación objetiva de Dios y por lo tanto son la base de la autoridad para el protestante conservador.

Sin duda, entender la revelación de Dios en la Biblia abarca el uso de los procesos racionales de una mente redimida, un sometimiento de fe tocante a las cosas no reveladas o no entendidas, una dependencia del ministerio de enseñanza del Espíritu Santo, una conciencia que esté limpia delante de Dios, y alguna perspicacia en cuanto a las lecciones de la historia.

Algunas veces en la práctica, aunque no en la teoría, los conservadores pueden negar, y de hecho niegan, que la Biblia sea su única base para la autoridad.

  1. En la práctica, algunas tradiciones o denominaciones le dan a sus credos autoridad coordinada con la Biblia. Los credos pueden proveer declaraciones útiles de la verdad; pero los credos nunca pueden ser los jueces autorizados de la verdad. Las declaraciones de los credos siempre se deben considerar falibles, necesitadas de posible revisión, y subordinadas a la autoridad bíblica.
  2. En la práctica, algunos grupos le conceden a la tradición y a la práctica aceptada, autoridad a la par con la Biblia. Una iglesia tiene un mandato divino para establecer guías autoritativas para sus miembros (Hebreos 13:7, 17), pero aun éstas son falibles, necesitadas de revisión periódica, y siempre subordinadas a la autoridad bíblica.
  3. En la práctica, algunos conservadores hacen que la experiencia religiosa lleve en sí misma autoridad. La experiencia saludable es el fruto de la lealtad a la autoridad bíblica, pero todas las experiencias tienen que ser guiadas, gobernadas, y guardadas por la Biblia. El hacer que la experiencia sea normativa y autoritativa es cometer el mismo error que comete el liberalismo al reemplazar un criterio objetivo con existencialismo subjetivo.

Observe lo que indica esta tabla: cuando la autoridad objetiva se suplementa, se compromete, o se abandona, el teísmo será debilitado o aun renunciado.

TEOLOGÍA BÁSICA: Sección I PROLEGÓMENOS  - Ryrie, C. C. (2003). Teología básica (pp. 20–23). Miami: Editorial Unilit.

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