¿Qué es un texto? | Daniel Carro | Interpretación Bíblica.
CURSO: INTERPRETACIÓN BÍBLICA
Capítulo 4: ¿Qué es un texto?.
La palabra “texto” deriva de la raíz indoeuropea tej o tec, (según si se lo pronuncia nasal o guturalmente) que está presente en palabras castellanas como “técnica”, “tejido”, “texto” y otras. La tej, hablando ampliamente, es como un entrecruzamiento o un entrelazamiento, una interrelación de cosas anteriormente desconectadas.
Así es, por ejemplo, la técnica. La técnica actual une el dominio del plástico con el dominio de las siliconas y de la electrónica y produce una radio a transistores. Si le faltara algunos de esos dominios no existirían las radios a transistores. La técnica es justamente la interrelación de los dominios. Un tejido es lo mismo. Una tejedora indígena toma un hilo de color rojo, y otro hilo de color verde, y otro de color azul y teje un hermoso tapiz tricolor. Todo a partir de tres hilos. ¿Cómo? A través de la tej, a través de tejer, con mucha paciencia e inteligencia.
Lo mismo sucede con un texto. En el texto se “tejen” cosas aparentemente desconectadas, eventos que no tenían una relación previa, necesaria o inmediata para el lector. El autor entrelaza cosas aparentemente inconexas mezclandolas a su antojo, une dominios que antes estaban desconectados, realiza operaciones con frases y palabras que antes no estaban armadas. Esa armazón, esa estructura, es justamente el texto.
Esa armazón, esa estructura, es justamente el texto.
Ahora bien, si tuviéramos solamente una teoría del texto, pero no una teoría del sentido, todavía no podríamos interpretar. Solamente saber lo que es un texto no nos ayuda a interpretar ese texto.
Quizá podemos definir muy bien lo que es un texto, podemos clasificar los textos según sus formas, estilos, autores, épocas; podemos saber mucha teoría sobre un texto, pero si nos traen un texto determinado no lo podemos interpretar. ¿Por qué? Porque la interpretación de un texto depende de los elementos que el mismo texto nos da, pero además y fundamentalmente, depende de cada uno de nosotros como sus intérpretes, y de la teoría que tengamos sobre el sentido de ese texto.
EJEMPLO: Eso es lo que sucede con muchas personas que han aprendido un idioma extranjero en alguna academia. Conocen muy bien las estructuras gramaticales de la lengua extranjera (es decir, tienen la teoría del texto), pero no pueden hablarla (no tienen la teoría del sentido). Otra persona que ha vivido en el exterior y ha aprendido aquel idioma extranjero en la calle, sabe muy bien hablarlo (es decir, tiene la teoría del sentido), pero no comprende las estructuras formales de la lengua (no tiene la teoría del texto). Ambas cosas, la teoría del texto y la teoría del sentido son indispensables para lograr una correcta interpretación.
IMPORTANTE: Ahora bien, ¿no es que de tal manera un texto se convierte en algo tan subjetivo y relativo a la persona del intérprete que cualquiera puede decir lo que quiera sobre ese texto que todo estará bien? Si es que el texto depende del intérprete para su significado, ¿dónde queda la integridad del texto mismo?
Para contestar estas buenas preguntas hace falta entender el carácter de la hermenéutica mucho más íntimamente que lo que podemos explicar en esta breve lección. Sin embargo, baste decir que para no caer en un totalitarismo subjetivo, todo intérprete debe siempre tener en cuenta que el texto en consideración es más importante y anterior que él mismo.
A esto se llama la “preeminencia” del texto. El texto es “pre”, previo, anterior, y es “eminente”, más importante, más relevante que su intérprete. Es decir, sin texto no hay intérprete. Es el texto el que manda. Es el texto lo más importante.
Es el texto el que manda. Es el texto lo más importante.
CONCLUSIÓN: Todo intérprete debe respetar y considerar el texto bajo estudio como un “tejido” que, justamente por haber sido realizado por otra persona, le pertenece a ella y debe ser respetado en su integridad de la misma manera que respetaríamos su integridad física, emocional o intelectual. Si esto es así con todo texto humano, cuánto más ese respeto y atención deben darse a la Palabra de Dios, siendo Dios mismo su autor y referente último.
Adaptación: Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & EMH (1. ed., pp. 13–14).
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