DEVOCIONAL: Oración de David | Salmo 63:1–2 | Christopher Shaw
¡A cuántas generaciones habrán inspirado estas
preciosas palabras, escritas por David hace más de 3.000 años! Nos sentimos
atraídos por el salmo porque el poeta logra captar con sus frases los
sentimientos que nosotros apenas logramos expresar con muchos rodeos.
Estamos acostumbrados a proclamar nuestra devoción a Dios
por medio del canto, la oración y la comunión con otros santos. Cuando la vida
se nos presenta sin mayores contratiempos, estas palabras fluyen sin dificultad
de nuestros labios. Sospecho, sin embargo, que la expresión de nuestra pasión
tiene más que ver con lo agradable de nuestras circunstancias que con una
verdadera entrega a la persona de Dios.
Estamos acostumbrados a proclamar nuestra devoción a Dios
por medio del canto, la oración y la comunión con otros santos. Cuando la vida
se nos presenta sin mayores contratiempos, estas palabras fluyen sin dificultad
de nuestros labios. Sospecho, sin embargo, que la expresión de nuestra pasión
tiene más que ver con lo agradable de nuestras circunstancias que con una
verdadera entrega a la persona de Dios.
El momento en el cual David escribió este salmo fue enteramente diferente a lo que normalmente nos toca vivir a nosotros. El subtítulo del salmo dice que fue escrito cuando David se encontraba en el desierto de Judá. Hubo sólo dos ocasiones en las cuales pasó por el desierto. Una de ellas es cuando huía de Saúl, buscando refugio en las cuevas y las hendiduras típicas de la región. La segunda oportunidad fue cuando Absalón se levantó en rebelión y le quitó el trono. El rey tuvo que huir con lo que tenía puesto. El relato bíblico nos dice que David llegó al desierto sucio, cansado y hambriento.
El momento en el cual David escribió este salmo fue enteramente diferente a lo que normalmente nos toca vivir a nosotros. El subtítulo del salmo dice que fue escrito cuando David se encontraba en el desierto de Judá. Hubo sólo dos ocasiones en las cuales pasó por el desierto. Una de ellas es cuando huía de Saúl, buscando refugio en las cuevas y las hendiduras típicas de la región. La segunda oportunidad fue cuando Absalón se levantó en rebelión y le quitó el trono. El rey tuvo que huir con lo que tenía puesto. El relato bíblico nos dice que David llegó al desierto sucio, cansado y hambriento.
Medite otra vez en la primera frase de esta poesía:
«¡Dios, Dios mío eres tú!» Esta es una declaración que tiene un profundo
sentido porque David lo había perdido todo. Sin embargo, estaba afirmando que
lo único que realmente valía en la vida era el Señor. Todo lo demás era como
paja muerta. Estaba declarando que no le importaba ni la comodidad, ni la seguridad,
ni el futuro. Ni siquiera le importaba la vida. “Dios era, verdaderamente, su
dios”?
Aplicación:
Esta capacidad de afirmar una entrega absoluta al Señor en los momentos más oscuros de la vida es la que destaca al gran líder. En el corazón de este líder no existen otros dioses. Para esta persona, Jehová es una pasión que opaca todas las demás cosas, incluyendo el brillo del ministerio.
Para pensar:
¿Dónde estaba el secreto de la devoción de David? Era un hombre que se había acostumbrado a buscar la comunión con Dios siempre («así como te he mirado en el santuario»). Con el tiempo esta disciplina lo convirtió en una persona cuyo cuerpo mismo gemía por la gloria del Señor.
Shaw, C. (2005). Alza tus ojos.