DEVOCIONAL: Verdaderos adoradores | Juan 4:23 | Christopher Shaw
Esta escena tiene un valor muy especial para todos aquellos que deseamos conocer mejor a nuestro Dios. Es una de esas pocas ocasiones en las cuales Jesús revela, con palabras, los deseos del Padre. No podemos dejar de sentirnos descolocados frente a su revelación, pues en medio de una discusión acerca de las «formas» de la adoración -algo absolutamente efímero (pero que no ha dejado, sin embargo, de seducirnos una y otra vez)- Cristo introduce una frase que sorpresivamente nos lleva a considerar lo que es la «esencia» de la adoración.
Uno de los aspectos de su declaración salta a la vista inmediatamente: existen dos clases de adoradores, los verdaderos y los falsos. No hace falta remarcar que si un adorador es falso, en realidad no es un adorador, sino alguien que asume el papel de adorador.
Esto nos obliga a meditar en nuestras propias experiencias de adoración: ¿realmente adoramos o fingimos estar adorando durante los momentos públicos destinados a esta actividad?
- Es una persona que combina la realidad espiritual producida por el Espíritu de Dios (pues nadie puede relacionarse con Dios si no es por medio del Espíritu), y la purificación del ser interior que viene por medio de la verdad eterna. Es decir, es una persona que refleja con todo su ser la relación en la que está profundamente envuelta.
¿Cómo se definiría como adorador? ¿Su adoración está limitada a actividades en reuniones públicas? ¿Cómo puede cultivar más su identidad como adorador?
Shaw, C. (2005). Alza tus ojos.