TEOLOGÍA I: ATRIBUTOS RELACIONADOS CON EL AMOR | JAMES LEO GARRET
ATRIBUTOS RELACIONADOS CON EL AMOR
Como continuación de nuestro estudio de Dios entendido como amor, es conveniente que investiguemos los atributos divinos que pueden agruparse apropiadamente en torno al amor de Dios. Nuestro propósito no es fusionar los atributos o forzarlos para que parezcan sinónimos; más bien, queremos acercarnos al significado de cada uno e identificar su relación con el amor. Los atributos que tomaremos en cuenta son la paciencia-clemencia de Dios, la fidelidad de Dios, la misericordia-compasión-bondad de Dios, la gracia de Dios y la pasibilidad de Dios.
LA PACIENCIA O CLEMENCIA DE DIOS
A. ANTIGUO TESTAMENTO
En el Antiguo Testamento se encuentra repetidas veces la afirmación de que Dios es “lento para la ira” (‘erek’ap), que significa literalmente alguien “largo de cara o de ira”. Puesto que Dios aplaza su ira en ciertas situaciones humanas específicas, se lo describe como longánimo o paciente. Estas afirmaciones acerca de Dios pueden encontrarse en diversos segmentos de la literatura veterotestamentaria; que Yahvé fuera “lento para la ira” frecuentemente formaba parte de un mosaico de características que se le atribuían al Dios del pacto. Dios fue “lento para la ira” cuando permitió que se hicieran dos tablas nuevas de piedra (Exo. 34:6b) y en su respuesta a la cobarde falta de fe en Cades-Barnea (Núm. 14:18). Joel (2:13c); Jonás (4:2c) y Nahúm (1:3a) reconocieron esta característica de Yahvé; también se encuentra en los Salmos (86:15b; 103:8b; 145:8b) y en Nehemías (9:17c).
B. NUEVO TESTAMENTO
La palabra que más frecuentemente se utiliza en el Nuevo Testamento para designar la paciencia divina es el sustantivo makrothumia, que literal y pintorescamente significa “distancia de la ira”, pero que generalmente se traduce como “clemencia” o “paciencia”. En la conversión de Pablo Cristo demostró su clemencia o paciencia “para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna” (1 Tim. 1:16b). La “paciencia” de Dios se expresó “en los días de Noé mientras se construía el arca” (1 Ped. 3:20a). Los cristianos podían estar seguros de que “la paciencia de nuestro Señor es para salvación” (2 Ped. 3:15a). Pero el sustantivo también podía usarse para describir la actitud de Dios al soportar “con mucha paciencia a los vasos de ira que han sido preparados para destrucción” (Rom. 9:22). El verbo makrothumeo, “tener paciencia, ser paciente, esperar pacientemente” se usaba en yuxtaposición al hecho de que Dios “no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Ped. 3:9b).
Dos veces en el Nuevo Testamento Pablo usa la palabra anoje en relación con Dios. Significa “paciencia, tolerancia” y se deriva del verbo anejo, “soportar, ser paciente con, atender con paciencia”. Los judíos no creyentes no debían menospreciar “las riquezas” de la “paciencia” de Dios (Rom. 2:4). La muerte de Jesús tenía como propósito manifestar la justicia de Dios, pues en su paciencia divina perdonó los pecados pasados (Rom 3:25b ). Pablo expresó una idea similar con otras palabras en su discurso en Atenas (Hech. 17:30): “Por eso, aunque antes Dios pasó por alto los tiempos de la ignorancia, en este tiempo manda a todos los hombres, en todos los lugares, que se arrepientan”.
C. INTERPRETACION TEOLOGICA
La paciencia o clemencia de Dios significa que no destruye sin dilación a su pueblo (Núm. 14:18; Rom. 9:22), sino que por un tiempo Dios “pasa por alto” los pecados humanos (Rom. 3:25 ), deseando que todos los pecadores se arrepientan (2 Ped. 3:9). Según Karl Barth, la paciencia de Dios es la voluntad, arraigada profundamente en su esencia, constitutiva de su ser divino y de su acción, de permitirle a otro… el tiempo y el espacio que necesita para desarrollar su existencia, concediéndole así a esa existencia una realidad al lado de la suya propia, cumpliendo su voluntad para el otro sin suspenderlo o destruirlo en su diferencia, sino acompañándolo y sosteniéndolo, permitiendo que se desarrolle en libertad.
Emil Brunner afirmó que “la clemencia de Dios es nada menos que la condición de posibilidad de la historia”. Por consiguiente, la extensión misma del orden temporal, en contraposición al ejercicio inmediato de un castigo pleno y definitivo, depende de la paciencia o clemencia de Dios. Barth escribió que esta paciencia divina es “como su misericordia” “una forma específica de la majestad divina”.4
LA FIDELIDAD DE DIOS
A. ANTIGUO TESTAMENTO
La principal palabra hebrea que expresa la fidelidad de Dios es el sustantivo ‘emunah, que significa “fidelidad” o “estabilidad”, y que se deriva del verbo ‘aman, “ser fiel, ser constante”. En el Salmo 89, ‘emunah es un énfasis reiterativo. La “fidelidad” rodea a Yahvé (v. 5), está firmemente establecida “en los mismos cielos” (v. 2b) y se relaciona con su “misericordia” por David (v. 24a). Por eso el salmista desea “dar a conocer” la fidelidad de Yahvé “de generación en generación” (v. 1b) y está seguro de que Yahvé nunca “falseará su fidelidad” (v. 33). En otros salmos se proclama la fidelidad de Yahvé (40:10b; 92:2b), se celebra la permanencia de la misma (119:90a) y se la toma como la base de una oración pidiendo misericordia (143:1b). Israel estaba desposada con Yahvé “en fidelidad” (Ose. 2:20a). Aun en la literatura de aflicción se afirma que la fidelidad de Dios es “grande” (Lam. 3:23). El substantivo `aman, que se traduce “el Fiel”, se utiliza en relación con Dios (Deut. 7:9; Isa. 49:7).
B. NUEVO TESTAMENTO
El adjetivo griego pistos, que significa “fiel” o “confiable”, se utilizó con respecto a Dios en las epístolas del Nuevo Testamento. El Dios fiel guardará a los creyentes (1 Tes. 5:24); asimismo, es fiel el “Señor” (posiblemente una referencia a Jesús) “quien os establecerá y os guardará del mal” (2 Tes. 3:3). Dios es “fiel” al conceder dones espirituales, guardar a los creyentes “hasta el fin” (1 Cor. 1:7–9) y no dejar que sean tentados más allá de lo que pueden soportar (1 Cor. 10:13b). Asimismo, por ser “fiel”, Dios perdonará los pecados de quienes los confiesen (1 Jn. 1:9) y mantendrá sus promesas, confirmando la esperanza (Heb. 10:23b).
C. INTERPRETACION TEOLOGICA
La fidelidad de Dios es la confiabilidad de su naturaleza y propósito tal como han sido dadas a conocer por medio de la revelación histórica y especialmente en conformidad con sus promesas. “Para los que confían en esta fidelidad, es segura la liberación, no la ruina merecida, no el justo juicio de la condenación”. Millard Erickson ha trazado una distinción correlativa entre la autenticidad de Dios (en contraposición con la inexistencia de los falsos dioses), la veracidad de Dios (que no miente) y la fidelidad de Dios (que guarda sus promesas).6
“¡Oh, tu fidelidad!
¡Oh, tu fidelidad!
Cada momento la veo en mí.
Nada me falta, pues todo provees.
¡Grande, Señor, es tu fidelidad!”
LA MISERICORDIA O COMPASION Y LA BONDAD DE DIOS
A. ANTIGUO TESTAMENTO
El vocablo veterotestamentario hesed, que en algunas de las versiones antiguas se traduce como “misericordia”, probablemente debería traducirse —tal como lo hemos notado antes— como “amor firme”, “amor del pacto” o “amor fiel”. Por esta razón lo hemos tratado en el contexto del amor de Dios.
Otra familia de palabras hebreas transmitía más precisamente el concepto de la misericordia o compasión de Dios. El verbo rajam, que generalmente significaba “resplandecer” o “sentir calor” y que provenía de la misma raíz que la palabra hebrea que significa “matriz”, sugería un sentimiento maternal o fraternal. En el Antiguo Testamento se usaba principalmente con la acepción “mostrar o tener misericordia”. Yahvé le aseguró a Moisés: “Tendré misericordia del que tendré misericordia” (Exo. 33:19c). Oseas declaró que Yahvé tendría misericordia de la casa de Judá (1:7a), e Isaías manifestó que Yahvé habría de tener “misericordia de Jacob” después de la cautividad babilónica (14:1a). Esa misma misericordia o compasión se prometió con respecto a la futura restauración (Isa. 54:8b; Jer. 33:26d). El sustantivo rahanim, que significa “compasión, misericordia”, se aplicó a Dios en relación con la matanza de los habitantes de Canaán y la destrucción y el despojo de sus ciudades (Deut. 13:17c). El adjetivo rahum, que significa “compasivo, misericordioso”, aparece en los Salmos en el contexto del perdón de los pecados (78:38a), de la protección de los enemigos (86:15a), del recuerdo de los grandes hechos de Yahvé (111:4b) y de la alabanza de Yahvé (145:8a). Aunque raham se asociaba con la matriz, se usaba juntamente con sus palabras semejantes para expresar la compasión divina o paternal de la misericordia de Yahvé.
Emparentado con los términos referidos a la misericordia, pero distinto a ellos, son el sustantivo hebreo tob,“bondad”, y sus semejantes. En algunos casos se ponía énfasis en la “bondad” de Yahvé (Exo. 33:19a; Sal. 27:13b; 31:19a; 145:7a; 2 Crón. 6:41c; Neh. 9:25d, 35). En otras ocasiones, especialmente en los Salmos, se afirma que Yahvé es “bueno” (Sal. 25:7c, 8a; 34:8a; 73:1; 86:5; 100:5a; 119:68a; 135:3a; 145:9a; Nah. 1:7a).
B. NUEVO TESTAMENTO
Pablo utilizó el verbo griego eleao, “tener compasión de, compadecerse” al citar Exodo 33:19c, d (Rom. 9:15) y al interpretar la temática de la misericordia divina (Rom. 9:18). El sustantivo eleos, “compasión, misericordia”, se empleaba en relación con la misericordia divina manifestada en la salvación (Tito 3:5), la vivificación (Ef. 2:4) y el nuevo nacimiento (1 Ped. 1:3b) de los creyentes.
La misericordia divina también se expresaba en el Nuevo Testamento con dos términos descriptivos de las entrañas humanas. Pablo empleó el vocablo oiktirmos, un sustantivo que significa “compasión, misericordia, piedad”, en una súplica a los cristianos en Roma “por las misericordias de Dios” (Rom. 12:1) y en una referencia a Dios como “Padre de misericordias” (2 Cor. 1:3). El verbo splanjnizomai, “que las entrañas anhelen” y por lo tanto “compadecerse, tener lástima”, se utilizó repetidas veces en los Evangelios sinópticos: la curación de un leproso (Mar. 1:41), la resucitación del hijo de la viuda de Naín (Luc. 7:13), la compasión de Jesús hacia los multitudes sin un pastor (Mat. 9:36), hacia la multitud antes de la alimentación de los cinco mil (Mar. 6:34; ver Mat. 14:14) y de los cuatro mil (Mar. 8:2; ver Mat. 15:32), la curación de un muchacho poseído por un espíritu (Mar. 9:22) y de dos hombres ciegos en Jericó (Mat. 20:34).
El sustantivo jrestotes, “bondad, benevolencia, misericordia”, traducción usual de la Septuaginta del hebreo tob, fue utilizado por Pablo en diversas ocasiones; la relación con la “paciencia y magnanimidad” de Dios, con su “severidad” (apotonima; Rom. 11:22), con su gracia (Ef. 2:7) y con su “amor por los hombres” (filantropia; Tito 3:4).
C. INTERPRETACION TEOLOGICA
Los términos bíblicos referidos a la compasión o misericordia divinas transmiten la calidez y la emoción de la naturaleza misma de Dios, quien perdona, cura y restaura a los seres humanos, especialmente a los pecadores. Para Karl Barth, la mejor manera de entender la misericordia de Dios era ver que comparte empáticamente nuestra “aflicción” humana.
La misericordia de Dios reside en su disponibilidad para compartir empáticamente la aflicción de los demás, una disponibilidad que surge de lo más profundo de su naturaleza y que marca todo su ser y su actuar. Que Dios tome la iniciativa para quitar la aflicción humana es por consiguiente una realidad que reside en su voluntad, brotando de las profundidades de su naturaleza y caracterizándola… Concretamente, la misericordia de Dios significa… su compasión al ver el sufrimiento que el hombre mismo se acarrea, su deseo de quitarlo, y su voluntad de consolar al hombre en este dolor, ayudándolo a superarlo.
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