La Cautividad Ideológica del Intérprete | Daniel Carro | Interpretación Bíblica
CURSO: INTERPRETACIÓN BÍBLICA
Capítulo 1: La Cautividad Ideológica del Intérprete.
A primera vista pareciera que el sentido de un texto es evidente de por sí. Al menos eso es lo que nos parece a cada uno de los intérpretes. Cada quien piensa que su interpretación es la única y verdadera, o al menos, la mejor, pero eso es sólo una ilusión.
I. Lo que de veras sucede es que el acto de interpretar es inconsciente.
La interpretación acontece de un modo natural y espontáneo a cualquier persona. Para interpretar una pintura sólo hace falta poder ver. Para interpretar una pieza musical sólo hace falta escuchar. Para interpretar un texto sólo hace falta saber leer. Quien lee, interpreta.
Un texto se interpreta espontáneamente, sin que el lector se dé cuenta qué está haciendo. Las interpretaciones conseguidas vienen de adentro del intérprete de un modo orgánico, natural, no ficticio. Esto es más evidente en los niños, pero también lo es en los adultos, muy especialmente en aquellos menos instruidos.
II. Pero cuidado, lo que cada quien interpreta no necesariamente es lo que está en el texto.
Hay en cada intérprete una desviación inconsciente que es como un velo que empaña el sentido del texto. Precisamente porque el acto de la interpretación está tan dentro nuestro nos queda como invisible, haciendo que ninguno de nosotros queramos admitir que siempre leemos todo texto (y el texto bíblico no es la excepción) con la particularidad y la subjetividad innata de nuestra propia existencia vital. Como decía el versito anónimo que aprendimos en la infancia:
“En este mundo traidor / nada es verdad ni es mentira /
todo es según el color / del cristal con que se mira.”
CONCLUSIÓN:
- Tanto como nos cueste reconocerlo, todos leemos un texto a partir de un acto hermenéutico inconsciente, sesgado, interesado, subjetivo, parcial, finito, arbitrario, individual y personal.
- Esto es lo que se ha dado en llamar la “cautividad hermenéutica” o ideológica, el reconocimiento de que todo intérprete está “cautivo” de sí mismo.
- Querámoslo o no, consciente o inconscientemente, todos pensamos, vivimos, actuamos, soñamos, lloramos y reímos conforme a ciertos esquemas de vida que funcionan dentro nuestro como fundamento de las estructuras formales y visibles de nuestro pensamiento y nuestra acción.
- En virtud de estos principios se ordenan los actos, se arreglan las ideas y se controla todo lo que puede conocerse y manejarse dentro de un determinado sistema de vida. Esto no es algo que podamos desear o evitar. Es así, y es necesario reconocerlo. A esto se le ha llamado “precomprensión”.
Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & EMH (El Paso, T.) pp. 9–10.
"Todo esto, por supuesto, no significa que todos tengan razón o que no haya una verdad absoluta. Lo que estamos haciendo es nada más que ser conscientes de nuestras fragilidades, y de la importancia que es seguir principios que nos ayuden a interpretar correctamente el texto. De otra manera, podríamos sucumbir ante un sistema convincente pero errado o quedar presos bajo nuestra propia ideología. “Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.” (2 Timoteo 3:7) - “Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.” (1 Corintios 8:2). Veremos mucho más en adelante. Mantengamos la humildad para aprender, y paciencia." (Pastor Jonatán).
Siguiente Lección