DEVOCIONAL: Profesionales del evangelio | Apocalipsis 2:4 | Christopher Shaw
"Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor" Apocalipsis 2:4
La carta que Juan le escribe al ángel de la iglesia de Éfeso no es, de ninguna manera, condenatoria. Se felicita a la iglesia por sus obras, que incluyen un arduo trabajo llevado a cabo con gran paciencia. Se había formado en ellos una loable intolerancia por el pecado. También esta congregación había enfrentado a los que se decían ser apóstoles y no lo eran, procediendo a su denuncia como falsos ministros del evangelio. Los cristianos en Éfeso también habían soportado con paciencia las pruebas que les sobrevinieron como resultado de seguir a Cristo. En todo, escribe Juan, «has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado» (Ap 2.3). En medio de esta serie de características tan meritorias, sin embargo, Juan inserta esta pequeña frase: «pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor». Sorpresivamente nos enteramos que a esta impresionante congregación le faltaba el ingrediente más importante: la pasión por Aquel a quien servimos.
En esto, la iglesia refleja lo que sucede en la mayoría de las relaciones humanas. Consideremos, por ejemplo, el camino que recorren muchos matrimonios. Comienzan con una pasión y un enamoramiento que lleva a la relación al centro mismo de todos los pensamientos y las actividades de la pareja. No alcanzan las horas y los días para estar juntos, para disfrutar de la compañía del otro y descubrir los tesoros escondidos que puede brindar una relación profunda con otro ser humano.
Con el pasar de los años, no obstante, la relación pierde sus expresiones apasionadas y cae en una vida de prolijas rutinas donde lo que prima es el acostumbramiento.
- Esta dedicación es el claro resultado de un compromiso con la otra persona, un compromiso que no conoce cláusulas de excepción. El romance y la pasión solamente se pueden mantener cuando insistimos en seguir celebrando a diario la relación que nos une. Lo hacemos con regalos, gestos de servicio, dedicación y abundantes expresiones de aprecio y gratitud hacia la otra persona.
¿El ángel le diría a usted que ha perdido su primer amor? ¿Qué cosas hacía con Cristo, cuando recién se convirtió? ¿Qué ha dejado de hacer? ¿Cuáles de estas cosas debería volver a incorporar a su vida?
Shaw, C. (2005). Alza tus ojos.