DEVOCIONAL: El alcance de un deseo | 2 Samuel 23:14–15 | Christopher Shaw
David estaba de campaña contra los filisteos cuando ocurrió este incidente. Rodeado de los hombres valientes que le acompañaban siempre, el rey simplemente expresó un deseo que tenía: beber el agua fresca de uno de los pozos que había en Belén. Sus deseos, sin embargo, sirvieron para movilizar a tres de estos varones, quienes descendieron a la ciudad, arriesgando sus vidas, y consiguiendo el agua que tanto deseaba su rey.
¡La valentía de estos tres varones resulta admirable! El hecho de que estuvieran dispuestos a correr semejante riesgo para obtener un poco de agua ofrece un elocuente testimonio acerca del nivel de lealtad y cariño que sentían por David. Un líder no se gana esta clase de respeto con facilidad. Es el resultado de un compromiso profundo con su gente, donde el amor está por encima de los proyectos y la gente tiene la seguridad de que sus vidas son importantes para el líder. Para un pastor, esto se logra cuando él se interesa más en las personas que están sirviendo en la iglesia que en los ministerios que están realizando. Muchas veces, sin embargo, la gente se da cuenta que al pastor solamente le interesa cubrir los «puestos» vacantes que existen en la congregación, porque necesita encontrar maestros de escuela dominical, directores de coro o líderes de jóvenes. Una vez que tiene cubiertas esas áreas, demuestra poco interés por la vida de los que están sirviendo. David era la clase de líder por quien su gente estaba dispuesta a dar la vida.
Es decir, el que impulsa las peticiones y expresiones hacia Dios es el mismo Señor. Es, en las palabras de un autor, «Cristo orando a través de nosotros».
- Al igual que todas las otras actividades que forman parte de la vida espiritual de los hijos de Dios, la oración debe ser realizada como fruto del accionar del Espíritu. ¿Podremos detener suficientemente nuestros propios impulsos para darle lugar a él?
«Sin la actividad del Espíritu una persona puede ser un líder, pero nunca será un líder espiritual». Blackaby.
Shaw, C. (2005). Alza tus ojos.